La producción de celulosa plantea serios problemas medioambientales ( olor, lluvia ácida, deforestación).
La fabricación de papel de baja calidad como el de la prensa diaria tiene como inconveniente el alto consumo energético y la consiguiente contribución al efecto invernadero.
Los métodos utilizados son muy agresivos con el medio ambiente porque consumen una gran cantidad de agua que contaminan con distintos compuestos químicos.
El uso de catalizadores ha reducido el riesgo de contaminación. Las empresas papeleras son incapaces de garantizar la ausencia total de sustancias tan peligrosas como la dioxinas.
Por encima de la contaminación, el principal problema relacionado con la producción de celulosa es la deforestación. Los bosque y las selvas son sumideros de CO2, que impiden la desertización al contribuir a fijar los suelos, los bosques ayudan a mantener un adecuado nivel de humedad atmosférica y constituyen grandes ecosistemas.
Las consecuencias de la explotación forestal son aterradoras: en menos de un siglo la superficie mundial de selva tropical se ha reducido a menos de la mitad. Si el ritmo de destrucción de la selva tropical se mantiene, en pocas décadas el cinturón verde ecuatorial que rodea, habrá desaparecido.
El impacto medioambiental es importante, ya que reduce la biodiversidad. El protocolo de Kioto incluye algunas cláusulas con el objetivo de regular las plantaciones forestales.
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